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Blog de Ivy

El deseo de Westy: Una carta abierta de la esposa del miembro del salón de la fama de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA, por sus siglas en inglés), Paul Westphal

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Paul y Cindy Westphal

Conocí a Paul, mi esposo, en una cita a ciegas. Yo era una chica de California estudiando en University of Arizona y él era un estudiante que jugaba baloncesto para University of Southern California. Durante las siguientes cinco décadas, tuvimos todo un viaje. Como un atleta profesional y después entrenador, la carrera de Paul nos llevó por todo el país y el mundo. Experimentamos la vida y formamos una familia juntos en cualquier ciudad a la que el baloncesto nos llevara. 

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Paul era muy ingenioso y reflexivo y siempre ponía primero a los demás. Era activo, divertido y, sobre todo, amaba ser abuelo. Es por eso que supe que algo estaba mal en junio pasado cuando empezó a decir cosas fuera de lugar para él y comenzó a actuar confundido. Dormía de 16 a 18 horas al día, perdía peso como un loco y se sentía descoordinado. ¿Un atleta describiéndose a sí mismo como descoordinado? Algo estaba terriblemente mal. 

Al principio, pensamos que tal vez no estaba recibiendo suficiente oxígeno y nos preocupaba que tuviera un problema cardíaco. Programamos un visita a un cardiólogo en Los Ángeles, a dos horas de donde estábamos pasando el verano en las montañas. Antes de llegar a la cita, sabía que iba a ser algo más, algo peor. Cuando nos registramos en el hotel cerca de la clínica, Paul no soltaba mi mano. “Este lugar es tan grande que me hace sentir nervioso”, dijo. Paul había viajado por todo el mundo y estaba más que acostumbrado a grandes hoteles y estadios. Simplemente, algo no estaba bien. 

Después de las pruebas, el cardiólogo confirmó que el corazón de Paul estaba tan fuerte como siempre y le agendó una visita con un neurólogo. 

Una semana después, en una IRM se encontraron dos masas en su cerebro. Dos días después, la cirugía confirmó que esas masas eran de hecho tumores. Podrían extirpar uno, pero los médicos dijeron que el segundo era inoperable. Era un glioblastoma, la forma más mortal de cáncer cerebral y para la cual no existe una cura. Le dieron no más de 18 meses de vida. La radiación y la quimioterapia comenzaron de inmediato. El equipo Westy, nuestro grupo de amigos y familiares que nos apoyó durante todo el proceso, estuvo allí para él cada hora, cada minuto del día para satisfacer todas sus necesidades considerables.

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Equipo Westy

Cuando el equipo Westy llevó a Paul a través del desierto de vuelta a casa en Scottsdale a mediados de septiembre, se hizo su transición al cuidado de un neurooncólogo local donde su cuerpo pudo descansar de su radiación y quimioterapia reciente. Cuando llegó el momento de continuar con el tratamiento estándar, no recibiría más radiación que la quimioterapia que lo aniquilaría. Paul no tenía calidad de vida en absoluto. Ninguna. En la lona. ¡Tenía que haber algo mejor! Era el momento para una segunda opinión. 

Contacté al Barrow Neurological Institute. Recibí una respuesta del Dr. Nader Sanai, director del Ivy Brain Tumor Center en Barrow. Me dio su número celular privado y me dijo que llamara cuando fuera necesario. Estaba asombrada. ¿Un neurocirujano de renombre mundial realmente hacía esto? Si. Este lo hace.

El equipo Westy estuvo con Paul y conmigo en nuestra primera reunión por Zoom con el Dr. Sanai. Nos sentamos junto a Paul alrededor de la mesa pendientes de cada palabra del médico, asegurándonos de que todos entendiéramos lo que estábamos escuchando. El Dr. Sanai nos informó que Paul calificaba para un ensayo clínico de fase 0 de Ivy que evaluaba un nuevo y prometedor cóctel de fármacos. Dijo también que podía extirpar el segundo tumor que anteriormente había sido considerado inoperable. ¡Estábamos impactados! El tumor tenía el tamaño de un kiwi y estaba en el medio del cerebro, pero explicó cómo podría extirpar la mayor parte del mismo. La cirugía conllevaba riesgos, pero el ensayo clínico nos dio la esperanza que no podíamos encontrar en ningún otro lado. Paul comprendió por lo que tendría que pasar y dijo que sí. El equipo Westy estuvo de acuerdo. 

Experimentamos rápidamente la calidez, compasión y la atención personal de Barrow. Pudimos ver de primera mano que los doctores se preocupan activamente por los pacientes y sus familias. Sin la menor duda, es una atención de clase mundial, tanto en la parte médica como en la personal. 

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El Dr. Sanai y Paul Westphal

La cirugía de 12 horas el 10 de diciembre fue considerada un éxito. El Dr. Sanai eliminó el 95% del tumor, más de lo esperado. El día siguiente, Paul estaba caminando y podía alimentarse sin ayuda. No hubo parálisis, que es uno de los riesgos de las cirugías cerebrales. Estaba bromeando y deseando ir a la terapia. Su pronóstico era prometedor. 

Pero, el 23 de diciembre, se formó un coágulo en el corazón de Paul que se abrió camino hasta su cerebro. Yo no estaba lista para que nos dejara tan rápido, tan pronto, pero Dios tenía otros planes. Dejó este mundo en paz, hacia los brazos amorosos de su Señor y Salvador Jesucristo. Paul era un creyente y nunca tuvo miedo de la muerte. Estaba listo para cuando llegara ese día. El 2 de enero de 2021, a las 8:05 a. m. hora del Pacífico, fue su día y hora señalados. 

Le pedí al Dr. Sanai que dijera unas palabras durante la Celebración de la vida de Paul y aceptó amablemente. Describió de forma elocuente el “cóctel” de fármacos administrados a Paul antes de la cirugía y la gran cantidad encontrada en el tumor en patología: un éxito extraordinario. Pero luego ocurrió lo del coágulo de sangre. Continuó hablando sobre cómo el Ivy Brain Tumor Center se dedica agresivamente a identificar rápidamente nuevas opciones de tratamiento para glioblastoma y otros tumores cerebrales malignos por medio del programa de ensayos clínicos de fase 0 más grande del mundo. 

Espero que se unan a mí en mi apoyo al Ivy Brain Tumor Center y su misión para contribuir a una cura para el cáncer cerebral dentro de esta década. Ellos necesitarán nuestra ayuda.

Considere la posibilidad de hacer una donación deducible de impuestos para impulsar esta investigación. Cuando contribuye a Barrow, el 100% de su donación se destina a apoyar investigaciones críticas y la atención compasiva en el Ivy Brain Tumor Center. ¡Un donante generoso ha ofrecido igualar todas las donaciones! Su impacto se duplicará al apoyar al Dr. Sanai y su equipo mientras cuidan a sus pacientes y buscan las respuestas esquivas que eliminarán la sentencia de muerte de un diagnóstico de glioblastoma.

Con gratitud,

Cindy Westphal

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Paul Westphal 1950-2021

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