Blog de Ivy
Un viaje de 1,500 millas al Ivy Brain Tumor Center
En agosto de 2016, el oficial de policía Ryan Masales conducía del trabajo a su casa cuando se dio cuenta que algo andaba mal, casi como si hubiera tenido un accidente, había tenido una convulsión de gran mal. Fue admitido en el Vancouver General Hospital en Columbia Británica, Canadá, donde le realizaron una TC en la que descubrieron que tenía un tumor cerebral. Fue llevado rápidamente a cirugía y una biopsia reveló que el tumor de Ryan era un glioblastoma o GBM, la forma más agresiva de cáncer cerebral.
“No tenía la menor idea de qué era un glioblastoma”, explicó Ryan, recordando el momento en que fue diagnosticado y que su cirujano le dijo que no era algo que iba a vencer. “Y lo recuerdo porque fue muy importante para mí. Como oficial de policía, quería pensar que iba a superar cualquier cosa”.
“Fue un verdadero shock”, dijo su esposa Estelize Masales. “Ya que antes de esto, Ryan había sido extremadamente saludable”. Después de la cirugía, Ryan recibió el estándar de atención para los glioblastomas: radiación y temozolomida, un tipo de quimioterapia oral. También recibió medicamentos para las convulsiones.
Seis meses después, Ryan comenzó a tener convulsiones nuevamente. Fue llevado al hospital donde le realizaron una TC, y por medio de una IRM de seguimiento, descubrieron que su cáncer estaba creciendo a pesar del tratamiento que estaba recibiendo.
Ryan se sometió a una segunda cirugía cerebral y decidieron, junto con su oncólogo, que la única opción era probar un tratamiento de segunda línea. Cinco meses después, se enteraron que el cáncer estaba creciendo nuevamente.
Luchando contra un GBM
A pesar de los desafíos, Ryan y su esposa Estelize no se daban por vencidos.
“Rendirse es simplemente, ya sabes, incluso en nuestras vidas antes de esto, algo que nunca hiciste”, dijo Estelize. “Como dijo Ryan, como oficial de policía te metes en una pelea, que es como vemos esto, y el objetivo es salir victorioso; así es como hemos vivido siempre”.
Ese fue el momento en el cual Estelize comenzó a buscar opciones de medicina de precisión, y encontró el Ivy Brain Tumor Center, un programa de ensayos clínicos de tumores cerebrales en Phoenix, Arizona. “Para mí, de todos modos, fue un gran alivio ya que siempre tratas de estar un paso adelante”, explicó Estelize. “Así que ese fue nuestro primer gran obstáculo”.
El proceso de selección de los ensayos clínicos del Ivy Center confirmó que la genética del tumor de Ryan era compatible con una nueva combinación de fármacos siendo evaluados en un ensayo clínico de fase 0. Este enfoque innovador cierra la brecha entre las pruebas iniciales de un fármaco y los estudios de eficacia clínica, con el objetivo de brindar un mejor entendimiento acerca de cómo trabaja un cóctel de fármacos individualizado para un paciente en tan solo siete días.
Ante un nuevo horizonte de esperanza, la pareja junto con su hijo de siete años planearon viajar a Phoenix, Arizona, desde Vancouver, Canadá, para que Ryan pudiera iniciar su tratamiento en el Ivy Center.
Una despedida de la “Familia de azul” de la pareja al Ivy Brain Tumor Center
Antes de que la familia se fuera de Canadá, habiendo trabajado ambos para los Departamentos de Policía de Abbotsford y Vancouver, recibieron una sorpresa de su “familia de azul”. Los departamentos de policía organizaron una despedida escoltada por la policía desde Abbotsford hasta su hotel en el Aeropuerto Internacional de Vancouver. “Bloquearon el tráfico en la autopista, en las ciudades, desde Abbotsford hasta Vancouver”, explicó Estelize.
Ya en el Ivy Brain Tumor Center, Ryan tomó la combinación experimental de fármacos durante cinco días antes de una resección planificada de su tumor llevada a cabo por el Dr. Nader Sanai, Director del Ivy Center.
Durante la cirugía, el equipo despertó a Ryan para realizar pruebas de lenguaje con el propósito de ayudar a proteger la función del idioma para que la cirugía no la afectara permanentemente. La cirugía fue todo un éxito. Se extirpó todo el tumor y se enviaron muestras del tejido tumoral al laboratorio de Ivy para determinar si los fármacos utilizados habían tenido un impacto o no.
El análisis avanzado encontró rápidamente que solo uno de los dos fármacos había penetrado su tumor. Esta era información valiosa. Significaba que tomar esta combinación de fármacos en particular no lo beneficiaría y que como equipo tendrían que continuar buscando otras opciones para él fuera del ensayo clínico.
La cirugía ayudó a darle una ventana adicional de calidad de vida, permitiéndole pasar mas tiempo con su esposa Estelize y su hijo Ryder. Dejó Arizona con buen ánimo y continuó el tratamiento de su tumor en casa en Canadá.
El final de un viaje y esperanza para el futuro
En marzo de 2020, Ryan finalmente sucumbió a la enfermedad después de una valiente lucha. Sin embargo, su participación en el ensayo clínico desempeñó un rol vital en la aceleración de la investigación para identificar nuevos fármacos que aumenten la esperanza de vida y contribuyan a la cura del cáncer cerebral.
“Considero que trabajar con nuestros pacientes de ensayos clínicos es un privilegio, ya que así podemos avanzar y seguir abriendo nuevos horizontes para el siguiente paciente”, dijo el Dr. Sanai. “La participación de Ryan en este ensayo clínico tenía ciertamente como objetivo ayudarlo, pero él también sabía que estaba ayudando a una comunidad más grande de pacientes que está luchando al igual que él”
Y a pesar de todo, la familia Masales mostró coraje y fuerza, sin aceptar nunca la derrota.
“Cualquiera que conozca a Ryan sabría que él diría ‘Nunca, jamás te rindas’. Ese era su pensamiento, y nunca lo hizo”, comentó Estelize. “Luchó hasta el final, y venir al Ivy Brain Tumor Center fue parte de esa lucha”.
Haga clic a continuación para ver un video de la historia de Ryan.
