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Recuperación de una cirugía cerebral: cuatro consejos para una curación más rápida
Brenda Emery sigue sin poder pisar con fuerza con el pie derecho. Los médicos sabían que la cirugía para extirpar un tumor cerebral afectaría su lado derecho. Actividades como conducir y correr son imposibles, por ahora.
Si bien su lado derecho aún no está totalmente recuperado, su estado ha mejorado mucho.
A Brenda le diagnosticaron un oligodendroglioma de grado III, un tumor cerebral canceroso.
Inmediatamente después de la cirugía, Brenda no podía mover el lado derecho ni hablar, otra predicción de sus médicos.
Su equipo de atención, dirigido por el Dr. Nader Sanai, director de Ivy Brain Tumor Center y de Oncología Neuroquirúrgica de Barrow Neurological Institute, estaba preparado para esos retos y empezó a trabajar con Brenda inmediatamente después de la cirugía. Ella pasó cuatro semanas en el hospital, participando en rehabilitación como paciente interna en el Centro de Neurorrehabilitación en Barrow Neurological Institute. Brenda trabajó la motricidad, ejercicios para fortalecer brazos y piernas y ejercicios oculares para corregir la visión doble que padecía.
Brenda también sufría problemas cognitivos. No recordaba la fecha; la pregunta no tenía sentido para ella. La única fecha que le venía a la mente era la de su nacimiento. La terapia del habla ayudó a Brenda a recuperar rápidamente su capacidad de comunicación y a resolver sus déficits cognitivos.
Hoy, tres meses después de la cirugía, Brenda dice haber recuperado la normalidad en un 75 %. Actualmente está recibiendo radioterapia y quimioterapia y sigue asistiendo a rehabilitación ambulatoria. Ahora se desplaza bien y está trabajando para que su pie derecho vuelva a pisar con fuerza y así poder volver a correr, uno de sus pasatiempos favoritos.
Su consejo para otras personas que se estén recuperando de una cirugía cerebral: “Es fácil frustrarse. Sean pacientes con su recuperación.“
Mecanismos de recuperación cerebral
La capacidad del cerebro para reentrenarse o recablearse y establecer nuevas conexiones, es decir, su neuroplasticidad, trabaja horas extras después de una cirugía o de una lesión cerebral.
“Todos los cerebros son capaces de aprender, crecer y desarrollarse, independientemente del número de agresiones o desafíos a los que se haya enfrentado”, afirma el Dr. Joseph Ostler, MD, PhD, fisiatra de Barrow Neurological Institute.
El tamaño y la ubicación del tumor, así como la cantidad de tumor que se extirpe, pueden afectar la recuperación de una persona. Los pacientes con tumores en zonas elocuentes, como en o cerca de la franja motora o las áreas del habla y el lenguaje, suelen requerir fisioterapia, terapia del habla o ambas. Los pacientes se benefician de terapias integrales que incluyen fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y patólogos del habla y el lenguaje.
Debido a una combinación de efectos de la anestesia, la hinchazón prevista en el cerebro y las molestias craneales tras la cirugía, los pacientes a menudo dicen sentirse peor temporalmente, antes de empezar a sentirse mejor. Los déficits neurológicos más comunes tras una cirugía cerebral son:
Si bien la recuperación de cada persona será diferente, estos son algunos consejos que los pacientes pueden seguir para acelerar el proceso de curación. Asegúrese de hablar con su médico para estar seguro de que estos consejos beneficiarán su recuperación individual.
EL SUEÑO PROFUNDO AYUDA AL CEREBRO A RECUPERARSE
Según el National Institute of Neurological Disorders and Stroke, un sueño de calidad y en cantidades suficientes es tan esencial como comer y beber. El sueño ayuda a la recuperación y es importante para varias funciones cerebrales. Dormir bien mantiene las vías cerebrales que facilitan el aprendizaje, la creación de nuevos recuerdos, la concentración y la rapidez de respuesta.
Nuestro cerebro no se duerme cuando nosotros lo hacemos. El cerebro permanece activo y entra en modo de recuperación. La falta de horas de sueño y la calidad del mismo pueden dificultar la recuperación tras la cirugía de un tumor cerebral.
Para ayudarle a conseguir un sueño de calidad, pruebe estos consejos:
- Establezca un programa e intente irse a dormir y despertarse a la misma hora todos los días.
- Haga algunos ejercicios ligeros cada día, pero a más tardar algunas horas antes de acostarse.
- Evite la cafeína al final del día y las bebidas alcohólicas antes de acostarse.
- Cree una rutina relajante, como tomar un baño caliente o leer, para preparar su cuerpo y su cerebro para dormir.
- Cree un santuario del sueño. Evite las luces brillantes y los sonidos fuertes y mantenga la habitación a una temperatura agradable, ligeramente más fresca.
- No se quede en la cama sin dormir. Si no consigue dormirse, haga otra cosa, como leer un libro, hasta que se sienta cansado.
- Acuda a su médico si tiene problemas para dormir. La mayoría de los trastornos del sueño pueden tratarse eficazmente.
- Minimice o evite el tiempo frente a la pantalla: el uso de teléfonos móviles, tabletas y computadoras justo antes de acostarse puede provocar una mala calidad del sueño.
BUENA ALIMENTACIÓN Y ACTIVIDADES POSITIVAS
La alimentación es un factor importante antes, durante y después de la cirugía cerebral y el tratamiento. Los nutrientes de calidad estimulan la capacidad del organismo para conservar la fuerza y la resistencia. Es importante poner cosas buenas en su cuerpo y cerebro que impulsen la recuperación. Actividades positivas como pasar tiempo con familia y amigos, planear un evento divertido, hacer ejercicio ligero, trabajar en el jardín y asistir a terapia son buenas opciones.
Una dieta sana también puede estimular el cerebro y ayudar en su recuperación. El cerebro necesita energía para funcionar, más aún cuando se recupera de una cirugía cerebral. Los alimentos saludables e integrales, como frutas y vegetales, y aquellos que tienen un alto contenido de proteínas, vitaminas y minerales contribuyen a la salud del cerebro.
Los vegetales de hoja verde oscura, como la col rizada y las espinacas, son superalimentos ricos en nutrientes y contienen una variedad de vitaminas y ácidos grasos omega-3, que son fundamentales para la salud cerebral, la recuperación y la neuroplasticidad. Los pescados grasos, como el salmón, la caballa y las sardinas, están repletos de omega-3, que también ayuda a reducir la inflamación. El aceite de linaza es otra buena fuente de ácido graso omega-3. Se ha demostrado que los alimentos con mayores niveles de colina, como los huevos, producen un mejor funcionamiento cognitivo general.
EVITE ALIMENTOS QUE DIFICULTEN LA CURACIÓN
La dieta puede tener un impacto importante en la salud del cerebro, tanto positivo como negativo. Los alimentos inflamatorios, como los que tienen un alto contenido de azúcar, carbohidratos refinados, grasas trans no saludables y alimentos procesados, pueden provocar trastornos de la memoria y el aprendizaje.
el cerebro y ayudar en la recuperación
Los pacientes con tumores cerebrales deben evitar el consumo de alcohol. El consumo de alcohol puede reducir el umbral de convulsiones de una persona, haciéndola más propensa a sufrirlas. Esto es importante para los pacientes con tumores cerebrales, ya que la sola presencia del tumor cerebral puede aumentar el riesgo de convulsiones. Las personas que toman medicamentos anticonvulsivos no deben consumir alcohol.
Aunque los pescados grasos son buenas fuentes de ácidos grasos omega-3, algunos pescados y mariscos contienen demasiado mercurio. El mercurio es un metal pesado contaminante y puede ser neurotóxico, lo que puede dañar el cerebro. El mercurio puede desplazarse por todo el cuerpo y a menudo se acumula en el cerebro, el hígado y los riñones, también en la placenta y el feto en las mujeres embarazadas. La mayoría de los pescados no son fuentes significativas de mercurio y pueden consumirse con moderación. Los pescados con mayores niveles de mercurio son el tiburón y el pez espada.
Mientras que los omega-3 son esenciales para reducir la inflamación y promover la salud cerebral, un exceso de ácido graso omega-6, que se encuentra en muchos aceites procesados e incluso en las semillas de calabaza, puede aumentar la inflamación.
El ingrediente principal de las bebidas azucaradas como los refrescos, los jugos de frutas y las bebidas deportivas y energéticas es el jarabe de maíz de alta fructosa. Un estudio realizado en animales demostró la relación entre el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) y la reducción de la función cerebral, la memoria y la formación de neuronas. El estudio también sugiere que el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (véase más arriba) puede reducir los efectos del JMAF. Aunque se necesitan más estudios para confirmar las conclusiones, los resultados sugieren que las bebidas elaboradas con JMAF pueden afectar negativamente al cerebro.
POTENCIE LA NEUROPLASTICIDAD CON UN CAMPAMENTO DE ENTRENAMIENTO CEREBRAL
Ejercite su cerebro. Parte de una recuperación satisfactoria de la cirugía cerebral consiste en desafiar al cerebro con tareas cognitivamente estimulantes o atractivas. Cualquier actividad que requiera concentración y dedicación puede estimular su cerebro.
Juegos de memoria, rompecabezas, pintura, yoga y meditación: estas actividades tienen valor terapéutico y ayudan a la recuperación. Los juegos cerebrales pueden mejorar funciones cerebrales como la memoria, la atención, la capacidad de pasar de una tarea a otra y la velocidad de procesamiento.
Aunque algunos neurólogos advierten que mantener el cerebro saludable es más complejo que resolver un crucigrama todos los días, la estimulación cognitiva puede favorecer la neuroplasticidad. Es importante desafiar a su cerebro probando juegos o tareas diferentes con regularidad.
Los terapeutas de Barrow Neurological Institute han recopilado una lista de formas divertidas de trabajar en la recuperación de las habilidades cognitivas y físicas.
- https://www.ninds.nih.gov/health-information/patient-caregiver-education/brain-basics-understanding-sleep?search-term=sleep
- https://www.flintrehab.com/best-foods-for-brain-injury-recovery/
Revisado desde el punto de vista médico por: Linda Herrmann, RN, FAANP, PhD